Por qué salen las várices
Tratar los síntomas, pero no la causa, es dejar que un padecimiento, cualquier padecimiento, se alargue innecesariamente. Esto aplica también para la insuficiencia venosa o várices, que en su primera etapa se les conoce como “arañitas”.
Las várices son dilataciones venosas que se caracterizan por la incapacidad de establecer un retorno eficaz de la sangre al corazón; generalmente se presentan en las piernas, aunque pueden aparecer en otros sitios, como el esófago (várices esofágicas), en la región anal (hemorroides o almorranas) o en los testículos (varicocele).
Causas de las várices
Envejecimiento- Es la causa más común. Alrededor de los 40 años, las paredes venosas comienzan a perder elasticidad de forma natural y las venas son más propensas a deteriorarse. Las mujeres tienen más probabilidad de presentar este padecimiento por los embarazos y la menopausia.
Dieta- La alimentación es otro factor determinante para perder elasticidad en las paredes y válvulas venosas.La circulación se torna más lenta y deficiente, produciendo hinchazón en muslos, pantorrilla y tobillos.
Genética- Las personas pueden heredar la propensión a las várices a sus descendientes. Quienes observan que varios familiares presentan este problema, tienen más probabilidad de tener várices a partir de los veintitantos.
Ropa ajustada – Los tacones altos, pantalones o medias ajustadas dificultan la circulación sanguínea y hacen que las venas se esfuercen el doble para retornar la sangre. A largo plazo, ese esfuerzo extra atrofia las válvulas y se generan las várices.
Obesidad- Un incremente de peso excesivo ejercerá presión extra en las piernas y, en específico, sobre las venas, generando molestias, hinchazón y várices.
Esfuerzo- Cargar cosas muy pesadas repetidamente también interfiere con la buena circulación, atrofiando las venas y los capilares.
Embarazo- Los cambios hormonales durante el embarazo y el aumento de presión sanguínea para cuidar al feto, el aumento de peso y la tendencia a retener líquidos, pueden llevar al surgimiento de várices.
Sedentarismo- La falta de ejercicio moderado y mantener una posición estática por horas ya sea sentado, parado o acostado, también genera presión extra y debilita las válvulas venosas.
Tabaco- Fumar eleva la presión arterial y aumenta las chances de que aparezcan várices.
Deshidratación- La falta de líquido genera un estrechamiento de las vasos sanguíneos y que la sangre se torne espesa, aumentando la probabilidad de padecer várices.
Tratamiento para las várices
Como alternativa para tratar las várices pequeñas y arañitas, existe la escleroterapia, que trata y mejora la apariencia de las “arañitas” y venas varicosas mediante una solución esclerosante, inyectada con una aguja angosta muy fina. Alivia síntomas como dolor, quemazón, hinchazón y calambres.
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